Tiene miedo, y es lógico. No es suficiente el acompañamiento de la gente, pese a que es importantísimo, porque el temor sigue vigente cuando la condena no es efectiva. “Tengo miedo que mi expareja termine de hacer lo que dejó pendiente: matarme”, sentenció con firmeza Maru Díaz, quien el pasado 27 de octubre fue salvajemente golpeada, envuelta en sábanas y escondida debajo de la cama por su pareja, antes de ser encontrada y así poder salvar su vida casi de milagro. Lo dijo ayer tras una marcha que se realizó por las calles de San Lorenzo, hasta llegar frente a los Tribunales, para pedir que el fiscal Leandro Lucente no modifique la carátula de la causa en la que es parte, que desde el inicio fue “intento de homicidio doblemente agravado por el vínculo” a “lesiones leves agravadas”.

El hecho ocurrió cuando la sanlorencina María José Díaz fue salvajemente golpeada, envuelta en sábanas y escondida debajo de la cama por su pareja Juan José Borda. El propio agresor la creyó muerta, según le reconoció al pequeño hijo de ambos cuando se escapaba de la casa de Perdriel al 600.

Según la investigación, “Borda la desmayó de un golpe con un velador. La atacó a trompadas, patadas y pisotones en la cara, para luego envolverla en sábanas y esconderla debajo la cama. Mientras convulsionaba, la descubrió su hija, quien pidió ayuda”.

“Estoy pidiendo que el fiscal no cambie la carátula. Me dijeron que la iban a cambiar a lesiones leves agravadas. Me parece injusto porque hace tres meses que la estoy peleando con los chicos y si él queda en libertad corremos riesgo nosotros y toda mi familia”, manifestó la joven tras la movilización junto a un movimiento de mujeres.

“La quiere cambiar porque el informe médico que dio el Hospital Granaderos a Caballo y el médico forense que me vio después no avalan que yo estuve en riesgo de muerte por los golpes que tuve”, señaló Maru.

Luego, contó: “Cuando estuve internada la primera noche y los médicos me vieron no se me notaba el hematoma porque era reciente”.

“Entonces, para el fiscal no es suficiente lo que marca el informe para que sea tentativa de homicidio. Tampoco le es suficiente la cámara Gesell de los chicos, ni que me envolvió en sábanas y me escondió abajo de la cama”, sentenció.

Además, indicó: “Mis abogados tuvieron una reunión con el fiscal y el abogado de mi expareja, donde Lucente le comunica que va a cambiar la carátula el próximo jueves”.

Asimismo, señaló que tiene miedo porque “si a él le bajan la carátula va a quedar en libertad y corremos riesgo los chicos (un nene de 6 y una nena de 12 años) y yo. Tenemos miedo porque va a terminar lo que él pensó que había hecho: matarme”.

“Me dejó de pegar porque me dio por muerta. Por eso me envolvió en sábanas y me metió abajo de la cama. Él pensó que lo había terminado, que me había matado, y si sale lo va a terminar. Porque si con una prohibición de acercamiento que no respetó hizo lo que hizo, ¿qué seguridad me da el fiscal si él sale en libertad? Ninguna”.

Fuente: La Capital.