La radio y la televisión rosarina están de luto. Falleció este sábado por la tarde, a los 92 años, el carismático y reconocido locutor Alberto J. Llorente, quien fuera declarado locutor distinguido en 2012 por el Concejo Municipal. «Voy a ser un galán hasta que me muera», aseguraba en una de las tantas entrevistas que La Capital le realizó a lo largo de su extensa trayectoria durante la que prefirió apostar siempre a su ciudad.
Según confirmaron a este diario desde su círculo íntimo, AJ, tal como siempre se lo llamó, falleció en horas de la tarde, aunque estos allegados prefirieron mantener en reserva los detalles de su deceso por respeto a sus seres queridos. Su edad siempre fue una incógnita y el simpático conductor siempre utilizó ese «misterio» para darle rienda suelta a su impronta descontracturada hasta que desde su entorno familiar lo confirmaron.
«Siempre fue un guerrero», destacó su hija Alejandra en declaraciones a La Capital en medio del dolor que atravesaba por la reciente pérdida material de su padre, un histórico de la radio y la televisión rosarinas.
El locutor hizo televisión hasta sus últimos días a través de la señal de cable Somos Rosario. Había comenzado su carrera hace más de medio siglo; también condujo un programa diario en la mañana de La Tres, aunque en su carrera se desempeñó en todas las emisoras importantes de Rosario, como LT1, Radio Dos y LT8, entre muchas otras. En los canales abiertos rosarinos 3 y 5, «El Show de AJ» fue un éxito durante 35 años. Todo un récord.
AJ comenzó a dar sus primeros pasos en LT3 cuando reemplazó a Mario Torres en el programa «Míster éxito» y nunca más abandonó ese lugar, tanto que no sólo se ganó a la audiencia con su estilo tan distendido, sino que aseguró que terminaría siendo el dueño de la emisora.
Poseedor del carnet Nº 001 de la licencia de locutor nacional en Rosario, Llorente produjo y condujo «La Mañana de AJ», «La Tarde de AJ», «Burbuijitas» y «El Círculo Musical».
Entre sus tantos logros, trajo a cantar gratis a la ciudad a Luis Miguel, convocó muchas veces a Sandro, con quien luego cultivó una profunda amistad, y alcanzó un sinfín de méritos desde lo laboral. En lo humano, se destacó por la simpatía, la alegría y, como él mismo decía, por el hecho de «tener siempre un chiste a flor de labio para compartir con todos».
También supo codearse con grandes figuras, como el mencionado Sandro, Raffaella Carrà, el Puma Rodríguez y Julio Iglesias, entre muchos otros, además de vincularse con prestigiosos colegas.
En una entrevista realizada por Escenario en 2021, afirmaba que la audiencia aún lo seguía de manera fiel después de tantos años de carrera y precisaba los motivos.
«Nunca me la pillé, siempre fui un tipo de pueblo; segundo, atendí siempre a toda la gente que me vino a hablar; tercero, nunca dejé de pagarle nada a quien contraté; cuarto, soy simpático; quinto, siempre estuve con las abuelitas, con los animalitos, con la gente que necesita algo, siempre solidario. Yo tuve varias oportunidades de irme a trabajar a Buenos Aires, pero quise quedarme en Rosario y, eso sí, jamás en la vida me vas a escuchar al aire decir una mala palabra», confesaba.
Fuente: La Capital.
