El aluvión de camiones que llega a los puertos de la región, agravado ahora por el estrangulamiento del Camino de la Cremería donde se están realizando obras, vuelve a impactar en las rutas de acceso a las terminales. Y una vez más, los vecinos de Villa La Ribera sienten especialmente este flujo, con las consecuencias que acarrera en la vida cotidiana del poblado. Aunque hay un debate interno entre los habitantes, que discuten las formas de elevar sus reclamos, no se descarta que en un futuro inmediato protagonicen un corte de efecto permanente en la ruta 91, que atraviesa la zona urbana y la que más dolores de cabeza les trae.
Arrancó la semana y los vecinos comenzaron a divulgar imágenes, incluso aéreas, de la congestión de camiones se experimente la ruta 91 desde la autopista Rosario-Santa Fe hasta la ruta 11, el sector más conflictivo y en el que la carretera provincial se mete de lleno en la traza urbana de la villa. Colas interminables de camiones que prometen no parar durante la época de cosecha, y que, estiman, se agravarán con el paso de las semanas. «En menos de un mes esto va a ser un caos total», vaticinó un habitante del lugar.
Tal como lo publicó La Capital en su edición del 7 de diciembre pasado, la Defensoría del Pueblo de Santa Fe pidió a los legisladores provinciales que incluyeran en el Presupuesto 2022 las partidas necesarias para realizar obras viales que ayuden a mejorar la situación de los vecinos de Villa La Ribera. El organismo también instó a las autoridades ejecutivas a buscar soluciones inmediatas para subsanar los problemas que se producen en época de cosecha. «Hubo una contestación de parte de Vialidad provincial al ombudsman, y tiene que ver con la intención de concretar el proyecto Acceso Norte a Timbúes, pero todavía se está viendo el tema de la viabilidad económica», afirmó a este diario Gisella Signorelli, vocera del colectivo de habitantes.
Ese proyecto al que se refiere contempla el desvío de la ruta 91 por caminos rurales de Oliveros, cruzando las vías del ferrocarril Belgrano Cargas, donde se encuentra la playa de maniobras, además de un desvío de la ruta 11, y un nuevo puente sobre el río Carcarañá (también en la 11). Los camiones que circulan por autopista Rosario-Santa Fe ingresarían al mismo desvío por el llamado puente Giardino, que cruza la doble traza. Pero todavía es un proyecto.
Mientras tanto, y a partir del comienzo de esta cosecha, el problema del tránsito se agravó por el estrangulamiento que sufre la ruta provincial Nº 25. Ocurre que en ese paso, conocido como Camino de la Cremería, está siendo objeto de trabajos de remodelación, que lo dejan casi inactivo. Siendo una ruta utilizada casi exclusivamente por camiones, que desvía el tránsito de la ruta A012 y empalma con la 10, el flujo del tránsito pesado atasca los caminos principales de acceso a puertos. Recientemente, la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo y su zona pidió la discontinuidad momentánea de los trabajos, al menos mientras dure la campaña. Los trabajos siguen, la congestión se distribuye entre el resto de las carreteras y termina impactando en la ruta 91, un cuello de botella en la entrada a Timbúes.
La hilera de rodados ya se ve desde el puente que atraviesa la autopista.
Ahora, además, esa carretera recibe también camiones que van a las terminales de Puerto San Martín.
«La cosecha es récord una vez más, y los proyectos aparecen pero no se concretan», afirman los habitantes, cansados de distintas reuniones con autoridades y organismos. «Se acuerdan siempre tarde, y cuando se acuerdan, ya tenemos los camiones encima«, aseguran.
El 16 de junio del año pasado, vecinas y vecinos de Villa La Ribera hicieron una presentación, con patrocinio legal, en la Defensoría. Advertían los habitantes sobre los peligros y daños personales y colectivos que sufren, tanto los residentes como quienes transitan por la ruta 91, como el impacto al medioambiente, producto de la afluencia del tránsito tanto vehicular como de camiones de carga. Estos rodados confluyen en la zona de las terminales portuarias ubicadas en la región comprendida entre Rosario y Timbúes, sobre todo en época de cosecha gruesa, que comienza en marzo.
Así se circula por la ruta 91 a la altura de Villa La Ribera.
A raíz de aquella presentación, el organismo provincial convocó a una mesa diálogo, que se concretó el 24 de septiembre con el objetivo de acordar un camino común de acción para llegar a una solución de la problemática que aqueja desde hace años a la zona.
Los vecinos aseguran que el proyecto Acceso Norte Timbúes tendría un costo de 30 millones de dólares, algo que el Estado provincial está en condiciones de costear. Lo más costoso son los puentes, pero ellos hacen hincapié en que esto no es sólo una solución para la pequeña comunidad de 500 habitantes, sino para toda la región.
Fuente: La Capital.
