EL 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no es una celebración, se conmemora un hecho sangriento, donde 146 trabajadoras textiles fallecieron en un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, debido a las quemaduras, derrumbes e inhalación de humo. Los dueños de la fábrica cerraron las puertas para forzar a las trabajadoras a cumplir con la jornada diaria e impedir que se unieran a la huelga que se habría declarado en demanda de mejoras por las míseras condiciones laborales a las que eran sometidas. Todas esas vidas podrían haberse salvado si hubieran sido tratadas de manera igualitaria.
Este terrible hecho provocó que en todas partes del mundo se levantara gente para exigir un cambio, la obtención de justicia en la vida conyugal, en el trabajo y en el ámbito de los derechos civiles. El Día Internacional de la Mujer tiene sus raíces en el movimiento obrero del siglo XX, cuando trabajadoras de distintos países alzaron sus voces para exigir mejores condiciones laborales y el derecho al voto. La fecha fue oficializada por la ONU en 1977, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y progreso en la búsqueda de equidad.
Los logros han sido el resultado del trabajo de mujeres que se han sacrificado por la causa. Si bien en las últimas décadas se han logrado importantes avances en materia de derechos y participación femenina, aún persisten desafíos como la brecha salarial, la violencia de género y la falta de representación en espacios de toma de decisiones. La lucha por una sociedad justa e inclusiva continúa siendo una tarea pendiente que requiere el compromiso de toda la sociedad. Queda mucho por trabajar y solo se conseguirá si hombres y mujeres de todo el mundo se comprometen con el progreso y la justicia, una lucha conjunta para el logro de los derechos que dignifiquen la vida de todos los seres que viven bajo el mismo cielo.
Cada persona puede aportar a la causa desde distintos ámbitos: promoviendo la equidad en el entorno laboral, educando en igualdad desde la infancia, denunciando la violencia de género y apoyando a organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres. La igualdad de género no solo beneficia a las mujeres, sino que fortalece a toda la sociedad.
Este 8 de marzo, más que felicitaciones, es un día para reconocer la lucha de millones de mujeres a lo largo de la historia y reafirmar el compromiso de seguir construyendo un mundo más justo y equitativo para todas.
Andrea Calvi.
Radio Bernardo.