La historia de la «Vera Cruz», la reliquia que esperó siglos para volver a Santa Fe

Los orígenes de la "Vera Cruz" ,que está en una de las salas de la Catedral metropolitana, plantean misticismo. Así está hoy, a 449 años del hallazgo de Juan de Garay.

Santa Fe cumple 449 años y una de las maneras más acertadas de celebrarlo es haciendo un racconto de lo que nos da identidad como santafesinos. Tras siglos de la creación de la ciudad hay historias que merecen ser contadas y que el tiempo puso fuera de agenda en Santa Fe a nivel cultural. Este es el caso de nada más ni nada menos el objeto que dio ¿nombre? a la ciudad luego de su enclave en Cayastá: la «Vera Cruz» con la que se encontró Juan de Garay y sus hombres.

Es cierto que un aura de misticismo rodea a la figura de la «Vera Cruz», figura tan renombrada como desconocida por la mayoría de los santafesinos. La razón es debido a que los registros históricos que describen el hecho sucedido en la fecha de su encuentro han perdido el rastro de lo que le sucedió posteriormente a la verdadera, aunque hay varias teorías que rodean de espiritualidad e influencia histórica a este objeto.

La «Vera Cruz» propiamente dicha, también llamada «del Milagro» o «Cruz de Garay» se encuentra custodiada en la Catedral de la ciudad de Santa Fe, en pleno casco histórico de la ciudad. La pequeña cruz de siete centímetros de alto por tres de ancho y tallada de manera uniforme en una madera desconocida está incrustada en el corazón de otra cruz más grande, la cual está adornada con perlas y otros metales dándole distintos relieves.

La famosa
La famosa «Vera Cruz», incrustada dentro de otra cruz y exhibida en la Catedral.

El relato de diversos historiadores converge en la historia del cómo fue encontrada la cruz que daría nombre a la ciudad años después. Cabe destacar que, si bien tradicionalmente se reconoce a Santa Fe «de la Vera Cruz» como nombre completo de la ciudad, dicha nomenclatura no se encuentra en los registros previos a los que efectivamente el enclave de la ciudad fue modificado y emplazado en el lugar actual en el año 1651, cuando se decidió el traslado.

Aquí sucede el período en el cual se abren algunas conjeturas respecto a la autenticidad de la cruz que se exhibe en la Catedral. La historia cuenta que el hallazgo fue realizado por uno de los subordinados del mismo Juan de Garay, de apellido Lapalma. Esto explicaría que luego de haber transcurrido los años y el olvido, la llamada en su momento «Cruz del Milagro» pasó a manos de una noble familia entrerriana del mismo apellido.

Esta familia tuvo la reliquia durante largos años hasta que en este caso los registros oficiales cuentan que debido al interés de Nicolás Fasolino, obispo de la diócesis de Santa Fe por aquel entonces, la reliquia fue donada a la Catedral Metropolitana y permanece resguardada en una sala contigua al ala este. Lo que cabe preguntarse y por ahora no tiene un sustento 100% esclarecedor es si la pequeña cruz de los Lapalma que fue donada a la Catedral se trata de la misma que se hallaron los hombres de Juan de Garay allá por el siglo XVI.

La famosa

La famosa «Vera Cruz», incrustada dentro de otra cruz y exhibida en la Catedral.

Hay varias versiones respecto del nombre «de la Vera Cruz». Unos autores se basan en el hecho de que estando Juan de Garay empadronando indios, en 1573, halló en un árbol «un frasquillo y una Cruz» de la gente que acompañaba en ese momento al gobernador de Santiago del Estero, Juan Gregorio Bazán. Según cuenta esta versión, estas personas habían dejado el objeto en 1568 cuando hacían el cruce entre Asunción y Santiago del Estero, el llamado «camino del Malabrigo». Lo llamativo y lo que desmentiría esta versión es que el camino del Malabrigo no pasaba por donde se encontró la cruz.

Por su parte, el historiador Federico Guillermo Cervera añade como fundamento del nombre de la ciudad relacionado con la reliquia que la sesión capitular del 12 de abril de 1651 coincide con la celebración de la Semana Santa, por lo que él indujo que se impuso al nuevo sitio para trasladar a la ciudad el nombre de «Vera Cruz» en homenaje al Viernes Santo que corresponde a la exaltación de la Santa Cruz.

La famosa

La famosa «Vera Cruz», incrustada dentro de otra cruz y exhibida en la Catedral.

Un último punto de vista es el planteado por la historiadora Catalina Pistone, quien sostiene que ese 12 de abril de 1651, día de reunión del Cabildo, sirvió para fijar 20 días a partir de ese momento para que la gente de campanillas, clérigos, alcaldes y capitanes, además de vecinos, se trasladaran al sitio nuevo para medirlo. El 3 de mayo, día de la Santa Cruz, todo quedó listo y terminado porque era un día venerable y sirvió para denominar o bautizar a la nueva ciudad, llamándola Santa Fe de la Vera Cruz.

El objeto permanece allí, al alcance de cualquier santafesino que desee observarlo. Lo que por ahora no está al alcance del santafesino es reconocer si la exhibida es la misma cruz que la leyenda cuenta en las manos de Juan de Garay.