El humo proveniente de los incendios en las islas que cubrió Rosario la tarde de este miércoles superó largamente los valores deseados y puso en riesgo la salud de la población, según estimó este jueves el titular del Estación Sistema de Alerta Temprana, Jorge Giometti.
La rotación del viento al sector sur provocó este miércoles que el humo que generaron los incendios en las islas ubicadas fremnte a Villa Constitución, San Nicolás y San Pedro llegara rápidamente a la ciudad y provocara serios inconvenientes. El fuerte olor se hizo sentir y las molestias oculares y de garganta comenzaron a notarse.
Este jueves, en declaraciones al programa «El primero de la mañana», de LT8, Giometti graficó que «lo que pasó ayer fue como cuando tiramos agua para apagar las brasas de un asado. Las lluvias apagaron el fuego pero con la rotación del viento al sureste, se produjo una invasión de huno durante una hora».
«Ese humo -continuó el titular de la estación científica, ubicada en Granadero Baigorria- tuvo valores peligrosos para la salud no ya de quienes cuentan con factores de riesgo, sino de todos. La medición dio que en ese rato, la concentración de partículas viciosas estuvo arriba de 200 microgramos por metro cúbico de aire, cuando lo recomendable es no más de 12. Por eso y por un rato, hubo gente que sufrió picazón en la garganta y ardor en los ojos».
Giometti explicó que con las intensas precipitaciones –cayeron más de 80 milímetros-, «el aire se limpió y la atmósfera quedó en perfectas condiciones, sin contaminantes en el ambiente«. Sin embargo, el especialista lamentó que el déficit hídrico vaya a mantenerse en la región: «Tendremos un 30% menos de las precipitaciones esperadas para la región, aunque habrán tormentas intensas, y temperaturas altas. Todo, sumado a que el Paraná seguirá estando debajo del nivel necesario, porque en los estados brasileños de Paraná y Mato Grosso tampoco lloverá lo deseado».
Con respecto al trabajo realizado por el SAT, explicó: «Colaboramos en los campamentos montados en Villa Constitución y en Santa Fe, haciendo la medición de calidad del aire y aportando los datos meteorológicos«.
Destacó que el trabajo llevado adelante es muy arduo porque «las islas se transformaron en campos convencionales, donde ya no hay lagunas ni arroyos que obren como cortafuegos naturales. Por eso, cuando se enciende el fuego, es muy difícil controlarlo».
Fuente: La Capital.